Hace 65 años, uno de los sacerdotes que se ordenó conmigo escribió en el recordatorio de su primera misa, además de su nombre y la fecha, una sola palabra en griego: “Eucharistomen” convencido de que esta palabra, en todas sus dimensiones, ya dice todo lo que se puede decir en este momento.
“Eucharistomen” es un gracias humano…gracias a todos! (…)
“Eucharistomen” en aquel entonces mi amigo Berger no se refería sólo a la dimensión de la gratitud humana, sino por supuesto a la palabra más profunda que se esconde y aparece en la liturgia, en la escritura, en las palabras “Gratias agens benedixit fregit deditque” (después de dar Gracias lo partió y se los dio), “Eucharistomen” la acción de gracias evoca la nueva dimensión que Cristo dio. Él transformó en agradecimiento, y por lo tanto en bendición, la cruz, el sufrimiento, todo el mal del mundo . Y así , fundamentalmente ha transustanciado la vida y el mundo y nos ha dado y nos da cada día el pan de la vida verdadera, que supera al mundo gracias a la fuerza de su amor.
Al final, queremos insertarnos en este “Gracias” del Señor, y así recibir realmente la novedad de la vida y ayudar a la transustanciación del mundo: que sea un mundo, no de muerte sino de vida; un mundo en el que el amor haya vencido a la muerte.
Gracias a todos ustedes. Que el Señor nos bendiga a todos.
Papa Emerito Benedicto XVI en el 65° Aniversario de su Ordenación Sacerdotal.